
Cecil Blount De Mille nacio en Ashfield el 12 de agosto de 1881. Productor y director de cine estadounidense recordado especialmente por sus superproducciones de epopeyas históricas y religiosas. Nacido en el seno de una familia creativa, su padre fue maestro además de actor y autor dramático -trayectoria que continuó su otro hijo, William- mientras que su madre, también maestra, impartía clases de inglés en la Lockwood Academy de Brooklyn. El joven Cecil decidió estudiar Arte Dramático en Nueva York, adonde se trasladó la familia, tras pasar por la Escuela Militar de Pennsylvania y ser rechazado como soldado para luchar en la guerra contra España. En 1900 logró interpretar algunas obras en Broadway (A Repentance, To Have and to Hold, Hamlet, My Wife’s Husbands) y formó parte, entre otras, de la compañía de Mary Pickford, gracias a la ayuda del director teatral David Belasco, el amigo de su padre. Fueron años en los que, además de casarse con la actriz Constance Adams, se dedicó a producir y dirigir algunas obras (The Bohemian, The Mikado, The Marriage Not) y a escribir otras en solitario o con su hermano William. En 1913 decidió crear una empresa de producción denominada Jesse L. Lasky Feature Company, para la que contó como socios con Samuel Goldwyn y Jesse Lasky y que poco después se fusionó con la Famous Players para dar lugar a la Famous Players Lasky. Esta plataforma permitió a De Mille iniciar su carrera como director y guionista con películas como El mestizo y La llamada del Norte (ambas de 1914). A su órdenes trabajaron actrices como Blanche Sweet,Geraldine Farrar y Mary Pickford. En aquellos años, De Mille decidió trabajar sobre temas más comprometidos que evolucionaron entre la comedia simple y aquella otra que ahondaba en los problemas de pareja, vistos desde los postulados más conservadores pero que encerraban buenas dosis críticas a los convencionalismos sociales.
En este sentido, profundizó con agudeza en las películas interpretadas por Gloria Swanson,con la que refrendó su interés por introducir la sugerencia moralista contrastada por la sensualidad emanada de una actriz con grandes recursos. Su habilidad para sortear todos los inconvenientes que pudieran surgir tras la proyección fue notable, al centrar algunos de los pasajes más resolutivos en épocas históricas pasadas. A partir de 1923, Cecil decidió ampliar su horizonte como productor. Se alió con Adolph Zukor, dos años más tarde, se independizó para constituir la Producers Distributing Corporation. A partir de la implantación del sonido, De Mille pensó en desarrollar al máximo sus propuestas. Sin embargo, no encontró el camino adecuado entre las historia del viejo Oeste y el cine histórico y bíblico. El western dio cobijo a varias películas de singular interés. En cada caso, De Mille contó con la mujer ideal para sus aventuras y respondieron con igual fuerza interpretativa Lupe Vélez, Jean Arthur, Barbara Stanwyck o Paulette Goddard. Claudette Colbert, se convirtió en el eje de la historia que mantuvo la inteligente apuesta sensual que tanto preocupó a De Mille. Las cruzadas (1935) supuso un notable acercamiento a una historia muy lejana para los estadounidense, pero en la que Cecil consiguió aglutinar lo fundamental -medios y ambientación- y crear algunos de los momentos más vibrantes que se recuerdan en este tipo de películas.Los temas bíblicos son, para muchos, las referencias de la obra de De Mille. Evidentemente, consiguió algunas de sus cotas más importantes, pero la comercialidad y el tono de superproducción que rodeó a sus trabajos restan en alguna medida el carácter apasionado e íntimo de su producción. No obstante, tanto Sansón y Dalila (1949), en la que Hedy Lamarr se convierte en tentación con la misma fuerza que lo había sido Gloria Swanson en su momento, como Los diez mandamientos (1956), con dos inolvidables interpretaciones de Chalton Heston y Yul Brynner, son dos monumentales aportaciones de uno de los directores más completos que dio el Hollywood clásico. De Mille fue un director poco convencional. Ejerció una dictadura férrea sobre los rodajes e igualmente a la hora de preparar al detalle sus producciones. Además de contar con una de las mejores secretarias personales que hubo en Hollywood, Gladys Rosson, supo rodearse de un buen equipo, especialmente de operadores-directores de fotografía pues, aparte de Wyckoff en su primera etapa, aprovechó posteriormente las aportaciones de otros como J. Peverell Marley, Harold Rosson, Karl Struss y Victor Milner. También influyó en su obra el trabajo de la guionista Jeannie McPherson y Anne Bauchens fue la eficaz colaboradora que necesitó para el montaje de casi todas sus películas. Aunque fue uno de los directores que fundaron en 1927 la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood y que en 1949 recibió el Oscar Honorífico por toda su carrera, el trabajo de Cecil B. de Mille no fue muy premiado por la Academia. No llegaron a la treintena las nominaciones y sólo destacan el Oscar a la Mejor Fotografía de Milner por Cleopatra, Oscar al Mejor Montaje a Bauchens por Policía Montada del Canadá, Oscar a los Mejores Efectos Especiales por Piratas del mar Caribe y los dos Oscar a la Mejor Película y Mejor Guión Original que recibió El mayor espectáculo del mundo. Murio en Hollywood el 21 de enero de 1959.
FILMOGRAFIA:
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